jueves, 28 de enero de 2010

LA INCALCULABLE LINEA QUE DEFINE AL HORIZONTE

Veo la foto donde estas sentada, de espaldas al mar turquesa, mirando la incalculable línea que define el horizonte, rodeada de morros, el sol que lo cubre todo.
Me traslado a ese lugar y me veo con los pies mojados hasta abajo de la rodilla. También mirando, para el lado del inmenso mar, teniendote ahí, a cinco centimetros, en silencio de palabras y sonido de naturaleza.
De golpe, cruzar las miradas y despúes de un segundo soltarnos una sonrisa suave, esos gestos que poseen la inigualable cualidad de encerrar miles de momentos y sensaciones compartidas. Y la sonrisa que confirma el triunfo de una elección acertada. La elección de dejarse caer, para poder volar.
De tener un horizonte ya claro, y caminar hacia él, despacito disfrutando del camino.
Porque el horizonte en sí, es la excuza para tener un motivo por el cual andar el camino.
Los pies van dejando su paso en la arena, para que luego venga la marea y borre esas huellas, que cada día necesitamos volver a marcar. Requiere de gran constancia, para que el mar no gane y borre todo. Pero a cambio, nos regala su paz, y su imnótico movimiento. Nos llena de energía al sumarnos a su lucha por mantener al horizonte, aunque más no sea, a la distancia en que los sueños aún (uno sospecha) están al alcance.
Al dejar el horizonte y volver a mirarte regreso con la esperanza que me da ese fluir. Y mi sonrisa se dibuja más brillante, más profunda.
Otra vez, esos gestos pequeñitos, esos segundos de complicidad y entendimiento que solo se dan por la unión de algo único. Esas llamitas que encienden persistentes el calor que genera vida.
Ahora me río, al aparecer en mi mente una pregunta: ¿parecía tan complicado?, bendita ganja!!! Que momento de lúcidez.
En el mundo hace falta tanto amor, que tener la capacidad de dar, recibirlo y compartirlo es una gran esperanza.
Vuelvo a mirar la foto, lanzo una bocanada, me recuesto en el sillón y seguís mirando al horizonte, pero relajada donde estas, a solo un gesto de mí.


Pra você

domingo, 3 de enero de 2010

CERRAR LOS OJOS, PARA VER

Cierro los ojos y así puedo ver más, mucho más. No tengo respuestas, ni tengo recetas.
Tengo mucho, la mayoría de lo que tengo vive en mí. No son cosas, son momentos, son sonidos, son imágenes, son sensaciones.
Tengo algunas cositas materiales, nada de mucho valor comercial, varios libros y discos que valen mucho, unas plantas hermosas de siete puntas que me limpian el aire y lo perfuman.
Tengo una bandera wiphala que me enorgullece llevar y que la compré en Bolivia en el marco de un viaje lleno de amor, de luz.
Tengo varias revistas THC y BARCELONA que me enriquecen. Tengo una cama muyyyy cómoda. Varias bebidas espirituosas.
Pero lo que más cuido y guardo lo llevo adentro, libre de la posibilidad de arrebato o de contaminación.
Tengo un corazón gordo, que le cuesta confiar. Una cabeza que no para. Y una certeza, de que se puede vivir mejor.
Tengo grandes amigos que son hermanos/as, tengo una familia que me quiere mucho y me banca. Tengo a un ser especial que me acompaña en el viaje y me esta esperando.
Tengo un sistema de creencias y una filosofía que recogí haciendo mi propio camino, con espíritu critico.
Creo, que el saber (el conocimiento) da independencia y libertad.
Tengo la innegable confianza en que esto lo cambiamos entre todos. Pero empezar por uno es el real comienzo.
Todo lo puedo ver, si cierro los ojos. Y no es una contradicción es como se ve mejor.