Esa frase pronunciada por Don Juan a Castaneda, siempre me latió muy fuerte. Recuerdo cuando Naty me la recordó en su comentario en mi primera publicación de este blog.
Me encanta recordar la frase cada tanto, como un mantra, me aísla y me permite ver todo desde un lugar atemporal. Donde puedo percibir, cual viaje de Salvia Divinorum, al universo y a mí dentro de él. Poder pensar el mundo y pensarme. Desatarme de lo intrincado y de la confusión.
Cuando partí para vivir en las montañas de la Quebrada de Humahuaca, en mi primer viaje de visita a Bs As sentí que había mucha confusión. Aún sigo viendo lo mismo en mi regreso a la urbe, pero dentro de este mundo existen otros mundos y dentro de una ciudad existen otras ciudades. Si sabes exactamente por que quieres comprometerte.
El psicoanálisis marca como las dos grandes pulsiones al Eros (que integra las pulsiones sexuales, las sublimadas y las de conservación) y la pulsión de muerte (que tiene en el sadismo su representante). Motivando a las acciones de nuestra especie.
Tenemos muchas alternativas y poca libertad. ¿Siempre sucumbimos ante el mejor postor? ¿A caso el consumo por el consumo mismo nos aplaca el dolor, de no saber quienes somos, ni lo que queremos? ¿Cuánto conocemos de nuestra historia? ¿Qué posibilidades de elegir conscientemente nuestros destino desarrollamos?
Que todo tiene un precio no es novedad, novedad sería dejar de pagar costos desorbitados. Y darle el valor que realmente tiene la cuestión.
Si existe un primer mundo, es porque hay un tercer mundo que lo solventa. Si existe un dolor muy profundo, es porque lo compramos muy caro y aún seguimos pagándolo. Lo importante es que sepas exactamente por que quieres comprometerte.
Si damos batalla desde lo cultural, para combatir la derrota como lo establecido. Y nos demostramos a nosotros mismos, que sabemos exactamente porque queremos comprometernos. El camino se nos tornara menos esquivo y más cercano.
Reflexionar sobre lo que me apasiona y entender exactamente por que quiero comprometerme. Siempre, siempre, me devuelve una sensación que por suerte no se describe ni con palabras, ni mucho menos con dinero. Es PURA VIDA.
